Con el esplendor de La Habana aún en sus ojos, el poeta José Leonardo Rosales contó la grata experiencia que vivió junto con el margariteño Tirso Alborneth, ambos como representantes de Venezuela, en la XVII Brigada Latinoamericana que participó en diversas actividades culturales en la isla durante los primeros 15 días de agosto.
Rosales comentó que fue invitado a La Habana por el Movimiento de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba, a participar en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, en el que compartió con más de 100 brigadistas provenientes de toda Latinoamérica.
El rapsoda expresó que en la isla realizó trabajo de campo, participó en conferencias, en proyecciones de cine, en visitas a iconos históricos antillanos y sobre todo tuvo mucho contacto con el pueblo cubano y con sus organizaciones sociales. Según señaló, estos encuentros se realizan anualmente y participan jóvenes de todo el mundo, divididos en brigadas por continente.
“Es un colectivo muy culto. Hay mucha cordialidad, fraternidad y amor inmenso por el comandante y presidente de la República, Hugo Chávez”, dijo.
Poesía revolucionaria
Por otro lado, Rosales explicó que uno de los momentos más lindos de su travesía fue la llamada “Noche latinoamericana”. Con la luna y las estrellas de testigos, la centena de muchachos preparó un plato típico y un acto cultural tradicional relacionado con su país de origen. Junto con Alborneth, el poeta criollo cocinó arepas y declamó unos versos matizados con el sonido del arpa, cuatro y maracas.
Y es que este nativo de San Cristóbal, estado Táchira, desde pequeño sintió afinidad por la música. Luego, en su adolescencia se enamoró de la poesía. Y a partir de allí empezó a recorrer un camino que le ha dejado tres discos: Venezuela copla y canción (2006), Reflexiones de un poeta (2007) y Hasta la victoria siempre (2008). En estos trabajos, Rosales fusionó la música llanera con sus versos.
Tomado de :Luis r. Donalle/Ciudad CCS
Seccion: Cultura
Rosales comentó que fue invitado a La Habana por el Movimiento de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba, a participar en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, en el que compartió con más de 100 brigadistas provenientes de toda Latinoamérica.
El rapsoda expresó que en la isla realizó trabajo de campo, participó en conferencias, en proyecciones de cine, en visitas a iconos históricos antillanos y sobre todo tuvo mucho contacto con el pueblo cubano y con sus organizaciones sociales. Según señaló, estos encuentros se realizan anualmente y participan jóvenes de todo el mundo, divididos en brigadas por continente.
“Es un colectivo muy culto. Hay mucha cordialidad, fraternidad y amor inmenso por el comandante y presidente de la República, Hugo Chávez”, dijo.
Poesía revolucionaria
Por otro lado, Rosales explicó que uno de los momentos más lindos de su travesía fue la llamada “Noche latinoamericana”. Con la luna y las estrellas de testigos, la centena de muchachos preparó un plato típico y un acto cultural tradicional relacionado con su país de origen. Junto con Alborneth, el poeta criollo cocinó arepas y declamó unos versos matizados con el sonido del arpa, cuatro y maracas.
Y es que este nativo de San Cristóbal, estado Táchira, desde pequeño sintió afinidad por la música. Luego, en su adolescencia se enamoró de la poesía. Y a partir de allí empezó a recorrer un camino que le ha dejado tres discos: Venezuela copla y canción (2006), Reflexiones de un poeta (2007) y Hasta la victoria siempre (2008). En estos trabajos, Rosales fusionó la música llanera con sus versos.
Tomado de :Luis r. Donalle/Ciudad CCS
Seccion: Cultura