Estimados compatriotas, reciban
un saludo cordialmente bolivariano y revolucionario en nombre de la patria que
nos vio nacer: ¡América!
El pasado 24 de diciembre
celebramos el nacimiento del primer y más grande revolucionario que nos ha dado
la humanidad, Jesús de Nazaret, el humilde, el que nació en un pesebre, el que
ya dotado de consciencia sacó los mercaderes del templo, es decir, hemos
celebrado el nacimiento de un humanista, de un revolucionario.
Igualmente, el día de ayer 31 de
diciembre le dimos el último adiós al año 2015 y con un cañonazo multicolor le
dimos la bienvenida al año 2016 y aprovecho para enviar un abrazo de feliz año
nuevo para todos. En lo personal el año 2015 me deja un recuerdo cargado de
dolor y un regalo cargado de esperanza. En primer lugar, el fallecimiento de mi
viejo querido, quien no pudo superar su grave y crítico estado de salud y hoy
no le puedo dar su abrazo de año nuevo. Pero le recordamos con su ejemplo como
mandamiento de vida. Hasta pronto papá, hasta pronto. En segundo lugar, el
nacimiento de mi sobrino Víctor Alí, por Víctor Jara y Alí Primera, cantores
revolucionarios. Una nueva vida es una nueva esperanza y Víctor Alí nace
llamado a alzar las banderas de Jesús, de Bolívar, de Chávez.
En lo colectivo el año 2016
amanece con una realidad política y económica concreta: un pueblo que cree y
que ha apostado al proyecto de la revolución bolivariana pero que está
descontento porque la revolución no ha podido superar la grave crisis económica
a la cual hemos sido inducidos, porque, aunque denunciemos de manera permanente
la especulación y demás ilícitos económicos cometidos por parte de agentes económicos
privados en contra del pueblo, no es menos cierto que el Estado venezolano está
en manos del Chavismo y no de la burguesía y el pueblo venezolano espera
soluciones concretas a los problemas. Hay acciones pero no han sido
suficientes.
El año 2016 demanda acciones y
soluciones concretas en materia económica y más allá de acciones y soluciones,
demanda la corrección de errores y que la dirigencia revolucionaria asuma con
humildad las responsabilidades que haya que asumir en la conducción del país;
demanda rectificación y dirección colectiva; demanda poder popular; demanda
espacios críticos para la construcción colectiva, pues nadie se las sabe todas
y como dijo el poeta Aquiles Nazoa: solo el pueblo, salva al pueblo.
Por encima de las dificultades
presentes y las que puedan venir, por encima de todo debemos mantener la unidad
del pueblo, la unidad de todos los cuadros revolucionarios y aceptar la crítica
como un hecho constructivo, el que critica quiere que se corrija, quiere que se
salve al pueblo y a la revolución. La crítica constructiva y los planteamientos
propositivos están a la luz del día en las asambleas populares, parlamentos comunales,
congresos partidistas y especialmente en la voz del pueblo. Creemos que es
delicado si al crítico se le califica de contrarevolucionario, porque avanzaríamos
de frente hacia el abismo.
Julio C. Salas, en su obra "Civilización
y Barbarie" (1970) nos señala que no hacer observaciones y críticas
constructivas y por el contrario guardar silencio no pareciera ser la conducta
correcta indicando que "...cuando los pueblo están a riesgo de desaparecer
por obra de los hombres o de las instituciones, el grito de alarma es sagrado;
someterse y callar no es sólo debilidad, sino delito público...", con lo
cual estamos de acuerdo y soy de la convicción, al igual que muchos, que el
grito de alarma debe ser escuchado, a tiempo y entendido en su justa dimensión.
Esperando no sea demasiado tarde, sembramos la esperanza en la dirigencia
revolucionaria, en la fuerza y sabiduría del pueblo bolivariano.
El grito de alarma y el clamor
popular debe ser escuchado porque el pueblo no tiene más alternativa que la
victoria. La derrota significaría que gana la barbarie, que el capital estaría
por encima del ser humano y de la vida, que los bancos estarán por encima de
los derechos establecidos y practicados y de las grandes conquistas sociales
como la comunicación popular y alternativa, la educación, la salud entre otros.
PDVSA ya no será del pueblo, será de las transnacionales, se eliminarán los
subsidios que sólo benefician al pueblo como MERCAL, Mi Casa Bien Equipada,
Misión Vivienda Venezuela, Computadoras Canaima etc.
El enemigo no tiene ideales ni
ideas, sino intereses económicos, no les importa la inclusión y la participación
del pueblo, no les importa superar la desigualdad, no le importa la
dignificación del ser humano, por ello, debemos rectificar y accionar toda la
fuerza del pueblo y del Estado y no permitir que avancen quienes nos
discriminan, nos atropellan y nos ponen al pueblo a pasar hambre y lo destinan
a la pobreza y a la miseria. No podemos permitir que nuevamente nos quiten
todas nuestras riquezas y conquistas y que nos engañen con espejos como hace 500
años.
Sigamos avanzando hacia la
esperanza concreta de justicia social, de soberanía, de liberación y emancipación
humana. Sigamos firmes e irreductibles en contra de la opresión y explotación
del capital. Con educación liberadora y con la fuerza del trabajo como fórmula
de realización humana construiremos un mundo mejor, de paz, de dignidad y
solidaridad.
Por encima de la dificultades...
VENCEREMOS
José Leonardo Rosales
01/01/2016
01/01/2016
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