El
comandante Chávez, desde la cárcel de la dignidad (Yare), anunciaba la
necesidad de generar un poderoso movimiento social y del rescate de los
recursos estratégicos de la nación para pagar la deuda social. Es así como el
pueblo empieza a organizarse en Círculos Bolivarianos, hasta lo que hoy
conocemos como Consejos Comunales, Comunas, Colectivos políticos, cultuales, deportivos etc. y la heroica creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido del pueblo.
conocemos como Consejos Comunales, Comunas, Colectivos políticos, cultuales, deportivos etc. y la heroica creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido del pueblo.
Tan importante es cumplir con la deuda
social y superar las condiciones de vida, como lo es la organización del
pueblo, pero nos atrevemos a decir que la organización del pueblo adquiere un
valor superior en el entendido que sin un pueblo organizado y consciente no se
pagara la deuda social, no habrá justicia social.
El espíritu central de la Revolución
Bolivariana y del líder eterno siempre ha sido el establecimiento de una
sociedad participativa y protagónica a través de la organización social, donde
no solo el Estado debe ser democrático, sino la sociedad toda y en ese sentido
deben ser participativas y protagónicas todas las instancias de la vida
cotidiana y todas las instituciones del Estado que de alguna manera representen
a la soberanía popular.
Es así como en el preámbulo de
nuestra Constitución de 1999 (primera constitución aprobada por el pueblo), se
hace mención a que se entra en un proceso de refundación de la República para
establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y
pluricultural, y así lo ha asumido el pueblo. Este es el logro más importante
de todos los tiempos de esta revolución, porque se estableció el camino a
seguir de manera clara, donde el pueblo asume el papel que le corresponde, donde
es el pueblo quien decide su propio destino.
Hoy se habla en nuestro país del
Poder Popular, de la Construcción del Estado Comunal y de la interpelación
popular continua y permanente, que no es otra cosa que el pueblo asumiendo el
papel participativo y protagónico de manera directa en los asuntos públicos y
en el cumplimiento de los fines esenciales del Estado Venezolano sin ningún
tipo de intermediarios.
Así las cosas, si el III Congreso
del Partido Socialista Unido de Venezuela, próximo a celebrarse, no responde a
este espíritu, se estarían violando los principios de la Revolución Bolivariana
y no estaríamos siendo contestes con el legado del comandante eterno Hugo Chávez.
Si la praxis no coincide con la
teoría política se pierde la credibilidad y la confianza en la dirección central,
esto obliga a que el órgano de dirección central de la revolución, es decir, el
Partido Socialista Unido de Venezuela se desenvuelva en el marco de estos
parámetros, y por tal motivo para que haya ética en la política y poder seguir
expandiendo el poder popular y la democracia revolucionaria y socialista, se
hace necesario mayor participación en el partido y que la dirección colectiva
no sea suplantada.
Un partido que habla de democracia
socialista no puede ser antidemocrático a lo interno. Por ello, como militante
activo, considero que no es apropiado hablar de “delegados natos”, como si se
tratara de linajes o dinastías, pues se habla de que algunos actores políticos
gozarían de este privilegio, de lo cual creemos que ningún militante debe escapar
a la legitimidad que dan las bases, eso fue lo que nos enseñó el comandante
Chávez.
De igual manera, en las elecciones
de los delegados que se realizará en los días venideros, se debería ampliar la
consulta a todos los patrulleros y no solo a las UBCH, ya que estas últimas no
aparecen mencionadas en los estatutos, y las patrullas son la base primaria y
constructiva del partido, las cuales deben participar de manera directa en la
elección del delegado, recordando que la UBCH son una herramienta netamente
electoral.
Referente a los llamados “delegados
natos”, recordemos que los gobernadores son los coordinadores regionales del
partido, lo cual significa emisión de las famosas líneas y generación de anclajes
en el poder y el que más saliva tiene más harina come, cuestión ésta que es
natural y propia de la política pero que el partido debe prever, con el fin de
que los cuadros políticos comunales no se vean excluidos y afectados ante una
imposibilidad real de poder participar y llegar a ser electos delegados del
partido al cual dedican su vida. Que no
estemos ante una desviación de principios y distorsión de los métodos
democráticos y ante una inmoral burocratización. Como militantes
revolucionarios debemos decirle no a los grupos y a cualquier posibilidad de
sectarismo partidista.
Por último, referente a la Dirección
Nacional del partido, ésta debe ser electa por las bases, bien sea en una elección
directa o en una elección de segundo grado, pero la militancia debe participar
en su escogencia, pues los que menos pueden gozar de privilegios y llamarse “delegados
natos” son los integrantes de la Dirección Nacional porque estarían
desprovistos de legitimidad popular. Sólo así estaremos siendo leales al legado
del comandante Hugo Chávez. La unidad se construye con debate y aquí hacemos
nuestro aporte.
Vamos pues a la fiesta democrática y
al debate de las ideas en nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela,
partiendo de las tres R (Revisión, Rectificación y Reimpulso), las cuales están
más vigentes que nunca. Apostamos al mayor de los éxitos al III Congreso del
partido de Chávez, congreso que debe estar dirigido a convertir el PSUV en un instrumento
que acompañe al pueblo en sus luchas sociales y políticas, donde lo social tenga
prioridad sobre lo electoral para seguir avanzando en la construcción del
Socialismo Bolivariano.
¡Unidad,
lucha, batalla y victoria!
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